Hay dos biografías de Instagram que me refrescan el alma.
Una dice “La adultez es performática” y la otra dice “Yo tampoco sé cómo vivir, estoy improvisando”
Esto me lleva a foja cero.
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De un lado todo es un performance calculado, en cierta medida, por quien creemos que somos. Y de otro, nadie sabe lo que está haciendo.
Ahhhh…, que paz en lo segundo.

Esta notita, que cobra su título de una clase de arte europeo del siglo XX que me cautivó el año pasado en el segundo ciclo de la maestría se me quedó dando vueltas por varias semanas.
La vida para principiantes
Me gustan estas frases comunes a todos, sé perfecto cuando alguna tiene ese pegamento a la vida. Y no la suelto por un buen rato.
¿Les dejo dos ejemplo más?
“…que yo te canto de risas, y de amor, de política, esperanza y también de dolor…” (de la canción “El Cantante” adaptada por Rubén Blades)
"A cada tiempo su arte, y a cada arte su libertad" (de la fachada del edificio de la secesión Vienesa)
En fin, hablando de un buen performance, para quienes deciden tenerlo muy delineado, estuve viendo esta entrevista a la CEO de Chanel. Con todo el brillo que tiene la marca en sus embajadoras por todo el mundo, me dio curiosidad entender a quién elegían para liderar la operación de negocio.
¿Sería una obviedad o todo lo contrario? Que sea mujer es bastante bueno, y que sea ella, si llevara yo una vida corporativa, sería bastante inspirador.
Estoicos y epicúreos
Siguiendo esta línea espontánea, regreso a esta foto de cuando encontramos asilo en un restaurante romano escapando del calor de la ciudad. Asilo además de tanta maravilla junta.
Estas fachas ligeras me hacen pensar en este verano que ya toma cuerpo en Latinoamérica.
El manual para vivir lo dice muy claro:
bienvenida la fiesta de los sentidos
— prw